Durante su presidencia John F. Kennedy hizo mucho para destruir el gobierno del Castro en Cuba. Por ejemplo, apoyó la invasión por la Bahía de Cochinos y también obligó a los Estados Unidos a participar en la crisis de misiles cubanos. El problema es que, en todas las historias americanas, JFK se muestra como un héroe. Pero la verdad no es blanca y negra, en realidad JFK y su gobierno también hicieron cosas malas. Las acciones que limitan la autonomía de otros países como la invasión de la Bahía de Cochinos y la crisis de misiles cubanos se deben ver de una manera negativa. Ni los Estados Unidos ni Cuba fueron buenos durante este tiempo.
En la invasión de la Bahía de Cochinos, JFK hizo que los exilados de Cuba fueran entrenados para volver y derrocar a Castro y su gobierno. Sobre el tema de la Bahía de Cochinos, JFK estaba definitivamente equivocado. El gobierno de los Estados Unidos estaba organizando una invasión de Cuba para mantener el orden capitalista del hemisferio oeste. El gobierno de Cuba durante este tiempo era muy popular entre los cubanos de la isla. El problema era que los Estados Unidos no quería un gobierno socialista en el hemisferio occidental. Entonces JFK ordenó que los cubanos exilados fueran entrenado para volver a la isla y tomar la isla de Castro. Nadie debe poder ver esto de una manera positiva, porque va contra las ideas que los Estados Unidos siempre han dicho que los representan. Los Estados Unidos siempre han hablado de las ideas de la autodeterminación y democracia, pero si organizan una invasión, no están defendiendo estas ideas. Era una de muchas historias similares en que los Estados Unidos, bajo JFK, no podían dejar a Cuba en paz. JFK quería que los Estados Unidos fuera como imperialistas.
Otro ejemplo de estas ideas imperialistas era la crisis de misiles cubanos. Durante la guerra fría, los Estados Unidos nunca podían estar seguros porque había la amenaza constante de la Unión Soviética y sus armas nucleares. Cuando los Soviets pusieron misiles nucleares en Cuba los Estados Unidos y JFK pensaron que los Estados Unidos debían actuar y luchar contra esta fuerza. Si los Estados Unidos no se hubiera metido donde no los llaman, Cuba y los Estados Unidos podría hoy ser aliados en lugar de enemigos amargos. JFK no era un héroe por su parte en atacar Cuba y su gobierno. En realidad, él hizo cosas que no debió hacer. JFK creó problemas artificiales para los Estados Unidos porque él se negó a dejar a Cuba en paz.
También uno se pregunta cómo es posible pensar sobre alguien como un héroe si una persona autorizó muchos intentos de asesinar al líder de otro país solamente porque sus países no estaban de acuerdo con sus sistemas económicas. Si pensamos en un líder como JFK como un héroe, estaremos estableciendo un estándar muy bajo.
Esto no quiere decir que los cubanos y Castro no actuaron mal en algunas de sus acciones, solo quiere decir que JFK no era perfecto como las historias americanas dicen. No solo JFK ni Castro eran responsable por la crisis de misiles cubanos, pero ambos eran parcialmente responsables. Castro y su régimen deliberadamente antagonizaron a los Estados Unidos dejando que la República Soviet pusiera misiles en Cuba. Era una respuesta a la fracasada invasión de la Bahía de Cochinos.
Entonces pienso que es hora de hablar sobre las cosas malas que ocurrieron bajo de la administración Kennedy y dejar de mostrarlo como un gran héroe. Debemos mostrar las faltas de JFK y sus políticas y no glorificarlo. Si elimináramos las ideas de excepcionalismo americano, entenderíamos que nuestros presidentes tienen y tuvieron problemas como los líderes de todo país. Si continúa pensando cómo estamos pensando, nunca veremos que otros países son buenos y deben ser capaces de hacer lo que quieren. JFK solo es un caso, un caso específico, pero no es el único caso de este tratamiento. En nuestras historias, queremos que la mayoría de los presidentes parezcan buenos y como héroes, pero en los casos como JFK esto no es cierto y debemos reconocer que nuestros presidentes podrían ser malos y podrían llevar a cabo acciones perjudiciales contra otros países.
